Los científicos nos desvelan por qué somos adictos a la pizza

La pizza es uno de los grandes placeres que compartimos la mayoría de los mortales. Piénsalo, ¿cuántas veces has dicho NO a una pizza? Probablemente ninguna. ¿Y cuántos planes has montado con tus amigos en los que la pizza era el menú principal? Miles.

Disfrutas con solo escuchar la palabra “pizza”, sientes un hormigueo de felicidad cada vez que te imaginas el queso derritiéndose por todos los costados, la boca se te hace agua siempre que piensas con el sonido de la masa crujiendo en tus dientes y no eres capaz de tener una pizza favorita porque te encantan TODAS. Es más, te has declarado fan incondicional y absoluto de este manjar internacional. Pero… ¿te has preguntado alguna vez por qué te pasa esto? ¿Por qué somos adictos a la pizza y podríamos comerla un día tras otro? ¡Tenemos la respuesta!

La adicción a la pizza tiene respuesta científica

Un nuevo estudio de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) ha demostrado que la adicción a este tipo de comida tiene una explicación científica. Se ve que nuestro organismo tiene la misma forma de reaccionar ante la pizza que lo hace con sustancias estupefacientes, es decir, de forma adictiva. Cuando comemos pizza, nuestro cuerpo desprende una gran cantidad de dopamina, sustancia conocida como “la hormona de la felicidad”. Una especie de remedio alimentario que hace que nos sintamos realmente bien cuando comemos pizza.

Así que ya lo podemos hacer oficial, la pizza es muy muy muy adictiva. Pero seamos sinceros, esto ya lo sabíamos mucho antes que los científicos nos lo confirmaran. Y lo sabemos porque somos adictos a compartir, a los buenos momentos, al buen sabor y a la felicidad que rodea todos los planes en los que ponemos la pizza como excusa. Y nos encanta que así sea. ¡Qué vivan los adictos a la pizza!